martes, 20 de agosto de 2013

Mañana, tal vez

Me desvelé... cuando todos duermen. Hoy dormía mientras todos estaban seguramente en alguna plaza respirando aire puro a la luz del sol. Mismo sol  que me despertó cuando iluminó mi cara, porque ni siquiera había cerrado la ventana, ni la puerta. Salí a la vida cuando ya se escondía. Salieron los mosquitos porque hace calor, y hace calor en pleno invierno. Muy gracioso... Me pongo a escribir, siendo que tendría que estar leyendo, por lo menos para que valga la pena estar despierta. Es más fácil hacer lo que se quiere que lo que se debe. Será por eso que por lo segundo te pagan, y por lo primero no. Quién sabe... Pagamos por lo que nos gusta, pero que no queremos hacer. En vano se planifica, cuando todo va a ser cuando quiera ser. No tiene sentido estar despierta esperando una respuesta a la pregunta que nunca formulé, que nunca pagué, que no necesito. Necesito dejar de toser, por ejemplo. Debería replantearme mis gastos. Debería reformular mi pregunta. Cambiar el por qué por el para qué. El primero se remite a la razón, al origen, al motivo. El segundo, hacia dónde se va, no importa el origen, aunque lo predestina. Estoy despierta, probablemente, porque acabo de tomar un café, con la esperanza de respirar sin sentir una lija en mi garganta. Aunque no suele quitarme el sueño. Estoy despierta, para darme cuenta de algo que sabré mañana, tal vez.


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