Como si mis pensamientos se volaran cual polvo en… cualquier
lado?... es que escribo hoy. Porque si no lo escribo, no me voy a olvidar, pero
sí se va a mezclar en mi ya licuada mente.
Creo que lo que siento en este momento es indignación. En
vano nos jactamos de decir lo correcto al pensar que este gobierno nos divide
en dos: Ellos y los otros, los vendepatria, los extranjeros (llegué a leer por
ahí…), los “nosotros”; los que no nos sentimos representados por nadie, porque
todos terminan mostrando la hilacha.
Debo confesar que, si bien no me termina de cerrar este
muchacho Massa, con su campaña poco creativa, sentí que muchos argentinos
habíamos entendido para dónde NO debe ir nuestro país, lugar al que
precisamente estamos yendo.*
Cartelitos pedorros pero muchos de ellos certeros,
invadieron las redes sociales desde temprano. Y la euforia de algunos crecía a
medida que la jornada arribaba a las 21 de ayer.
Véase:
Al principio me pareció algo gracioso y un poco merecido.
Pero esta mañana, leyendo los inevitables comentarios en algunos diarios
digitales, me di cuenta que Argentina sigue y seguirá por mucho tiempo más
siendo un país dividido entre ellos y los otros.
Y eso, para serles sincera, no me alegra. Sirve para
juntarse en patota y criticar de arriba abajo lo que no se está haciendo y lo
que, remitiéndose a las pruebas, no está en los planes K. (Y con planes me
refiero a su modelo, no a los planes sociales).
Pero, resumiendo, no entiendo que haya algo que festejar o
algo que poner al ridículo con las PASO. ¿Queremos que el país deje de
resquebrajarse en 2? ¿O simplemente nos alimentamos el ego masivo con la “derrota”
de otro?
Alegría porque el muchacho +a tuvo más votos que
Insaurralde en la provincia de Buenos Aires. ¿Pero será mejor que lo anterior?
No aprendemos más.
*Para quien no sepa hacia dónde estaríamos yendo –según mi poco
instruida persona- pueden leer otras entradas más antiguas, dentro de este blog, en las que
claramente me expreso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario