sábado, 1 de septiembre de 2012

Pasa en las novelas mexicanas. Pasa en la vida real.

Cambio de slogan, sí. TNT, publicidad conocida… Les suena, ¿no?


Hoy recibí una llamada anónima de alguien que evidentemente no puede ver feliz a los demás. Alguien que no lo disimulaba y quería dejarlo bien en claro. Alguien, en una palabra, infeliz.


“Perro que ladra, no muerde”, dicen. Y redoblo la apuesta, riéndome de las cosas carentes de sentido que me dijo. Me río porque realmente me causa. Aclaro, ya que uno puede reírse de los nervios, para demostrar superioridad, o a costa de otros, en fin, por tantas cosas. Claro, no me río con ‘alguien’, sino de ‘alguien’.


No es mi intención dar consejos de vida, ya que soy la menos indicada en todo eso. Igual, no creo que la felicidad de uno sea indirectamente proporcional a la de otro (si es genuina). 


Hay algo de lo que estoy segura, y es que ‘alguien’ tiene envidia y veneno que lo está matando por dentro. Y esas son las etiquetas que voy a usar para esta cosa que escribí. 


¿Quién no imitó alguna vez a los actores de novelas mexicanas, con sus argumentos playos y frases sobreactuadas? Entonces, saben a lo que me refiero.

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